El marketing de influencia se ha consolidado como una vía eficaz para acercar marcas y audiencias digitales. Sin embargo, cuando se analiza una estrategia para proyectos como Maggico Casino Official, no todas las acciones funcionan de la misma manera. Elegir entre influencers y microinfluencers implica evaluar el alcance real, la credibilidad percibida, el presupuesto disponible y los objetivos comerciales. En este contexto, comprender estas diferencias permite diseñar campañas más coherentes, medibles y alineadas con la identidad de cada marca.
¿Qué se entiende hoy por influencer en marketing digital?
La figura del influencer es un fenómeno típico de la era digital, que se explica a la par de los cambios vividos en el mundo del marketing desde la popularización de las redes sociales. En palabras simples, se trata de una persona con una gran cantidad de seguidores en plataformas de uso masivo —como TikTok, Instagram o YouTube— y que justamente tiene la capacidad de influir con sus opiniones en las decisiones de compra del grupo que lo sigue.
Los influencers aparecieron primeramente en YouTube y se popularizaron durante la década pasada. Su intención inicial no era vender productos, sino mostrar al mundo su día a día y estilo personal. Con el paso de los años contaron sus seguidores por cientos de miles —hoy pueden ser millones— y se volvieron las celebridades más conocidas del público joven, a medida que creció también el número de horas en pantalla por día de las personas.
Las marcas ven en los influencers a las figuras indicadas para promocionar sus servicios o productos, justamente porque no hacen publicidad a la manera tradicional. En tal sentido, su audiencia los percibe como más creíbles y confiables, si los comparamos con actores contratados específicamente para vender. Además, tienen la capacidad de llegar a sectores específicos de la población con contenido audiovisual de alto impacto.
Microinfluencers: alcance menor, vínculos más sólidos
Aunque los influencers de gran alcance fueron el boom de la década pasada, muchos consumidores de hoy son más escépticos al respecto. Por ello, ciertas empresas han comenzado a decantarse por otro tipo de colaboradores: los microinfluencers. Estos se diferencian de los primeros porque su audiencia no es tan amplia, llegando a tener, en la mayoría de los casos, menos de unas pocas decenas de miles de seguidores.
Pero no es solo el número de followers lo que los diferencia. Los microinfluencers se caracterizan por dirigir su contenido hacia grupos más concretos, de una determinada ciudad o región y de un cierto grupo de edad, segmentando incluso el género y los rasgos físicos. Por este motivo su mensaje se siente más personal y cercano, y sus interacciones son más genuinas.
Alcance masivo versus engagement real
Tal como hemos asomado en líneas anteriores, son varias las cuestiones a analizar a la hora de decidir qué tipo de influencer es mejor para colaborar con una empresa. La principal ventaja de los influencers tradicionales o “macro” es su gran alcance, que sobrepasa fronteras geográficas y etarias, e inclusive brechas de género o condición socioeconómica. Esto supone un mayor reconocimiento de marca, además de una diferencia significativa en el número de personas que recibirán el mensaje.
Por otro lado, los microinfluencers ofrecen mayor credibilidad y un engagement más “real”, ya que al tener un alcance menor pueden interactuar más frecuentemente con sus seguidores; en consecuencia, tienen tasas de participación más elevadas. Elegir uno u otro dependerá, entre otras cosas, del objetivo de la campaña.
Presupuesto, costos y retorno de inversión
Otro factor importante a tener en cuenta al hacer marketing de influencers son los costos. Si bien este tipo de estrategias de mercadeo pudieran parecer más económicas que hacer una campaña masiva en medios de comunicación tradicionales, no siempre es así.
A la hora de hacer cuentas, como es de esperarse, contratar a un influencer macro tiene un precio más elevado que hacer lo mismo con un creador pequeño. Los creadores con millones de seguidores tienden a hacer contenido más producido, fruto de una vasta experiencia como celebridades de internet y del trabajo con un equipo de colaboradores profesionales en su oficio (asesores de imagen, agentes comerciales, editores de video, etc.). En tal sentido, es significativamente más costoso trabajar con una figura de este tamaño.
¿Qué tipo de marca se beneficia más de cada opción?
Desde luego, los objetivos de cada empresa son distintos, aunque casi todas concuerdan en que la publicidad en redes sociales es imprescindible en el mundo de hoy. El primer punto a tener claro antes de tomar una decisión respecto al marketing de influencers es el nicho al que se quiere llegar con la colaboración.
Los microinfluencers son la opción favorita de las marcas locales, cuyo público objetivo son las personas de determinada región, con características específicas. Por ejemplo, si tienes un startup de slow fashion en tu ciudad, quizá la promoción a través de microinfluencers sea la elección ideal, pues, querrás impactar a personas que residan dentro de cierto territorio y con intereses específicos: consumo sustentable, estilo personal, moda, artículos hechos a mano, etc.
Por otro lado, para quienes trabajan en una empresa global, bien conocida por el público, cuya meta puede ser refrescar la imagen corporativa o llegar a un nuevo nicho, es mejor contratar a influencers de gran alcance. Ya que estos son referentes de cientos de miles de personas en distintos países y, dependiendo de la orientación de su contenido, podrán ayudar a conseguir los objetivos comerciales con mayor eficacia.
Métricas clave para evaluar campañas de influencia
El marketing digital, al igual que otras ramas del mercadeo, propone estrategias publicitarias para empresas cuyos resultados son medibles. Para determinar cuál es el impacto real de un influencer o tipo de contenido en redes sociales existen una serie de ítems. Los más destacados son:
Interacciones totales
Mide la cantidad de veces que las personas en redes sociales interactuaron de alguna forma con las publicaciones: likes, reposts, comentarios y compartidos.
Engagement rate
También llamada “tasa de participación”, mide porcentualmente el número de seguidores de una cuenta que realmente interactúa con su contenido. Los microinfluencers, por lo general, sitúan esta estadística por encima del 5%, mientras que los macroinfluencers se mantienen entre el 2 y el 3%.
Alcance y visualizaciones
El alcance hace referencia el número de personas que vieron una publicación, al margen de si interactuaron. Las visualizaciones, por su parte, muestran la cantidad de veces que se reprodujo un video o que se miró una imagen. Se diferencian porque una misma persona puede ver el post varias veces.
Crecimiento de la marca en redes sociales
Se refiere al número de nuevos seguidores y nuevas interacciones de las cuentas comerciales, fruto de la colaboración con influencers y microinfluencers o de otras estrategias.
Menciones en redes sociales
Cuantifica la cantidad de veces que alguien habló de la marca en redes sociales, ya sea etiquetando la cuenta oficial o al influencer que la promociona, o simplemente mencionando el nombre en un comentario.
Todas estas métricas son importantes y de su evaluación exhaustiva, contrarrestada con los objetivos de la marca, dependerá la elección de uno u otro influencer.
Cómo tomar la decisión correcta según tus objetivos
Es un hecho que el marketing de influencers es clave para quienes desean atraer al público hacia sus productos o servicios. Una encuesta realizada a finales de 2023 por la plataforma Sproutsocial reveló que el 81% de los profesionales del mercadeo y las ventas en Estados Unidos sostienen que contratar a influenciadores es parte esencial de las campañas publicitarias en redes sociales.
Sin embargo, el tipo y el tamaño del influencer que funciona para cada objetivo comercial no es el mismo. La elección de contratar al creador de contenido correcto debe provenir del análisis profundo del mercado y del diseño de estrategias basadas en números, no de las tendencias. Adicionalmente, hay que tener en cuenta cuestiones como las métricas, el presupuesto y los resultados obtenidos con otras colaboraciones. Únicamente así se alcanzarán las metas propuestas.













